Es difícil imaginar algo que una a todos los humanos en su totalidad, un tipo de pensamiento que compartamos de tal forma que podamos tratarlo con universalidad, de una forma incluso atemporal. Un objetivo en común, pero a la vez tan íntimo y último que sea base nutriente, propulsora e instigadora de la orientación de nuestras acciones, ideas y emociones. Y es que, si hay algo que todos perseguimos durante gran parte de nuestra existencia es el Bienestar, un concepto tan amplio y complejo que puede tomar diversas formas y múltiples interpretaciones pero que podemos constituir y simplificar en un estado de equilibrio y tranquilidad que encumbra una satisfacción vital envolvente con una notable aura de positividad que nos afecta tanto a nivel psíquico como somático. No obstante, aunque sería tentador declarar que el bienestar es objetivo, dado que es algo que todos perseguimos de una forma u otra, la interpretación individual, así como su experiencia y vivencia, es totalmente subjetiva, abriendo un vasto y enrevesado objeto de estudio que nos invita a tratar los elementos constituyentes del bienestar dentro de cierto marco teórico, lo que demandará reformular conceptos simplistas y poco consensuados como el término felicidad, comúnmente empleado cuando hablamos sobre las emociones placenteras que nos aporta el bienestar y nos empuja a contemplar términos cuantificables para valorar y medir el bienestar en sus diferentes formas y contextos.
Ahora bien, a mi modo de ver, se requiere analizar algunas perspectivas opuestas propuestas por diferentes teóricos a lo largo de los años para encontrar un término medio al abordaje del intrincado tema que proponemos en este texto. Dicho esto, y partiendo desde un enfoque hedonista del bienestar, este planteamiento lleva a una perpetua insatisfacción al dar rienda suelta a la incesante búsqueda de consecución de nuestros deseos sin casi entrar en valoraciones sobre las consecuencias de dicho acto, aunque este estilo de vida sea especialmente tentador y embaucador, es vulnerable a una alta probabilidad de sumisión ante manipulaciones externas de nuestros deseos más profundos. Por otro lado, el enfoque ascético vinculado al bienestar refleja prácticas contrarias, alejándose de estímulos que satisfagan placeres tangibles y corpóreos para liberar la espiritualidad, desarrollando la moral más esclarecedora, motivando estilos de vida más minimalistas, pero que sin duda queda desactualizado, con una marcada inconsistencia, pecando de ser poco realista en cuanto a una valoración óptima de un bienestar mundial, reservado así para gente espiritual en sus lecturas más extremas. Una vez valoradas dichas condiciones antagónicas, considero tomar como referencia para articular una propuesta más utilitarista (sin perder de vista los derechos humanos) un abordaje que encuentre el término que tratamos en este texto dentro de una teoría finalista considerada como parte de los modelos explicativos subjetivos bottom-up los cuales analizan como los factores externos se vinculan con su bienestar (Martín, 2002). De este modo, la famosa jerarquía de las necesidades humanas de Maslow nos dará una línea donde asentar la siguiente propuesta que versará sobre cómo mejorar el bienestar en las personas.
Comienzo mi propuesta enunciando ciertos descubrimientos que la neurociencia nos ha brindado en aras de dotarnos de herramientas para una mejora del bienestar y que, sorprendentemente, a pesar de ser una información útil, aplicable y rigurosa, su difusión no alcanza la practicidad esperada, dado el potencial significativo que dicho conocimiento aportaría a la sociedad en general y a cada individuo en particular.
- El aprendizaje y la emoción están estrechamente ligados, por lo que el aprendizaje significativo, con su enfoque emocional donde las sensaciones y sentimientos adquieren un rol determinante, será fundamental a la hora de adquirir nuevos conocimientos.
- El estrés mantenido en el tiempo puede provocar deterioro cognitivo, entre otras consecuencias.
- El estrés es un mecanismo corporal que nos ayuda a huir de situaciones de peligro que atentan contra nuestra vida. Sin embargo, el estrés causa efectos físicos y psicológicos que hacen que no podamos reaccionar bien al contexto en el que nos encontramos, cambiándonos incluso la percepción. De este modo, por ejemplo, hace que la atención se vuelva hacia uno mismo, afectando a las relaciones interpersonales. La resilencia es una estrategia para afrentar el estrés y para desarrollarla se ha demostrado que el Mindfulness es una de las mejores terapias.
- Se puede rebajar la reactividad emocional si somos capaces de etiquetar el estado alterado en el que nos encontramos y lo nombramos (affect labelling). Esto reduce drásticamente el malestar.
- El estrés de los adultos puede afectar a los niños que se encuentran en etapa de neurodesarrollo, haciendo que su amígdala sea de mayor tamaño lo que puede provocar episodios psicóticos o insatisfacción vital.
- La teoría del marcador somático explica la importancia del cuerpo en la toma de decisiones. Esto aclara la importancia del cuerpo en nuestra forma de percibir las cosas, por lo que, a través de la postura, nuestro cuerpo analiza, concibe y representa el estado emocional o mental que experimentamos en ese momento. Además, afecta en la memoria y en el sesgo con el que interpretamos el mundo.
- Tenemos siete sentidos, no cinco como estamos acostumbrados a creer. Uno de ellos es la intercepción, la información que obtiene el cerebro de las partes internas del cuerpo. El otro es la propiocepción, que interpreta la postura corporal para tomar decisiones. De hecho, incluso gente con enfermedades como el Alzheimer no llegan a perder estos sentidos, por lo que es importante trabajar en ellos para evitar la degeneración cognitiva.
Estos ejemplos enumerados anteriormente solo son una pequeña muestra de cómo la ciencia ofrece numerosas y constantes actualizaciones que pueden aportar un incremento de bienestar mediante la facilitación de la comprensión más teórica y la aplicación más práctica de métodos y técnicas efectivos que no solo ayudarían a una mejora del sentimiento de bienestar individual, sino que repercutiría de forma positiva en las diferentes problemáticas sociales. Para esto, es necesario que todos estos aportes salgan del soporte académico y profesional en el que se insertan y se vinculen de forma natural a cada una de las personas, haciéndolo llegar a cualquier estrato social, así como a los distintos ámbitos, resaltando el educativo y aplicándolo desde tempranas edades, concienciando y creando hábitos saludables y posicionando la salud mental en el lugar que se merece. De esta forma, se conseguirá empoderar a la sociedad, volviéndola más crítica, autosuficiente y consciente de su propio potencial, adquiriendo la dignidad que se merece y dejando atrás el perfil pasivo para dar lugar a una mejora de derechos donde la psicoeducación estará a la orden del día.
“La educación no cambia el mundo, cambia las personas que van a cambiar el mundo.” Paulo Freire (1921-1997)
Referencias:
Diener, E. (1994). El bienestar subjetivo. Intervención psicosocial, 3(8), 67. Freire, P (1992). Pedagogía de la esperanza. Siglo XXI editores
García, M. B. (2010). FUGIAMUS ERGO FORUM. Espacio, Tiempo y Forma, (23), 553. Martín, M. Á. G. (2002). El bienestar subjetivo. Escritos de psicología, (6), 18-39.
Savina, A. (2022). ¿Cómo gestionar las emociones? 3 pasos clave basados en la neurociencia. Consejos para gestionar adecuadamente las emociones paso a paso, partiendo de la neurociencia. Psicología y Mente.
Savina, A. (2022). ¿Cómo reducir el estrés basándonos en la neurociencia? Las investigaciones en neurociencia ayudan a conocer las claves del cerebro resistente al estrés. Psicología y Mente.
Televisión Consciente. 2021, April 30. NEUROCIENCIA DEL BIENESTAR | DOCUMENTAL CON NAZARETH CASTELLANOS. [Video]
https://www.youtube.com/watch?v=44a_idIRAKY&ab_channel=Televisi%C3%B3nConsciente.
Torres, A. (2016). Neuroeducación: el aprendizaje basado en neurociencias ¿Qué es la neuroeducación y cómo podemos educar nuestro cerebro?. Psicología y Mente.
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Concuerdo con el artículo ya que considero que la psicoeducacion es una parte fundamental con respecto a la prevención, si bien es cierto el estrés es un factor importante en nuestra vida, sin embargo hay que evitar que este se vuelva crónico ya que en el peor de los casos podría llevarmos a el deterioro neurocognitivo, es por ello que recomiendo no tan solo el mindfulness si no que también se apliquen ejercicios de respiración desde edades tempranas.
Hola Sheyla,
De hecho, es muy acertado lo que comentas. El mindfulness para niños es algo que se está llevando a la práctica en la actualidad. La falta de atención en el momento presente es algo de lo que pecamos tanto adultos como niños y no es de extrañar, ya que vivimos en mundo cada vez mas lleno de estímulos donde diferentes aparatos luchan por captar nuestra atención y, por ende, nuestro tiempo. Además, la constante exigencia a la que nos vemos expuestos desde edades tempranas nos empuja a vivir de una forma rápida y superflua, casi sin detenernos en profundizar en cuestiones relevantes. Por todo esto, estas prácticas de atención plena en el ahora nos guían a un estado de reflexión y contemplación que nos acercan y conectan con el ahora, consiguiendo una mejor interpretación del entorno y de nosotros mismos.
En este artículo se hace visible la importancia y a la vez lo poco que está valorado la psicoeducación.
La ciencia avala la información sobre qué tanto llega el estrés llega afectar, no solo a uno mismo sino hasta a las personas que están con nosotros, los niños por ejemplo. Si las personas tuvieran este tipo de información, como por ejemplo: que tanto puede transmitir tu postura, quizás cambiaría la perspectiva sobre el bienestar psicológico. Mucho que trabajar pero leyendo este artículo es iniciar por algo.
Hola Andrea,
Me alegra leer que este artículo te haya servido. La psicoeducación debería estar a la mano de todos y sin duda responde preguntas que todos nos haceos pero a los que muchas veces no sabemos donde encontrar la respuesta. Poco a poco la salud mental está ganando terreno y con ello el exigente reclamo de la ciudadanía para que las estructuras que conforman la educación y la salud sean revisadas y actualizadas conforme a las nuevas necesidades detectadas.
Hola Andrea,
Me alegra leer que este artículo te ha servido. La psicoeducación debería estar a la mano de todos y sin duda responde preguntas que todos nos haceos pero a los que muchas veces no sabemos donde encontrar la respuesta. Poco a poco la salud mental está ganando terreno y con ello el exigente reclamo de la ciudadanía para que las estructuras que conforman la educación y la salud sean revisadas y actualizadas conforme a las nuevas necesidades detectadas.