Desafíos de la intervención y el acompañamiento de niños con trastorno del espectro autista en comunidades de escasos recursos
Introducción
El trastorno del espectro autista (TEA) es una condición neurodesarrollamental caracterizada por déficits en la comunicación social y la presencia de patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento (American Psychiatric Association, 2013). La prevalencia del TEA ha ido en aumento en las últimas décadas, con estimaciones de 1 en 44 niños en edad escolar diagnosticados en los Estados Unidos (Maenner et al., 2021). La intervención temprana y el acompañamiento especializado son factores determinantes para el desarrollo de habilidades sociales, comunicativas y adaptativas en estos niños. Sin embargo, los desafíos se incrementan en comunidades de escasos recursos, donde el acceso a servicios especializados es limitado.
Contexto y desafíos estructurales en comunidades de escasos recursos
La intervención y el acompañamiento a niños con TEA en comunidades de escasos recursos enfrentan obstáculos derivados de problemas estructurales y de desigualdad económica, que afectan directamente el acceso a servicios especializados, la formación de recursos humanos en estas áreas y la continuidad de las intervenciones. Entre los principales desafíos encontramos:
- Acceso limitado a servicios de salud mental: En países en desarrollo y en comunidades con escasos recursos, la infraestructura de salud mental es insuficiente para cubrir la demanda de atención. Esto incluye tanto la carencia de centros especializados en autismo como de profesionales capacitados en intervenciones basadas en evidencia, como la terapia de análisis de conducta aplicada (ABA) y la intervención temprana basada en desarrollo (Klin et al., 2020).
- Costos elevados y falta de subsidios: Las intervenciones terapéuticas para el TEA, como la terapia conductual, la terapia ocupacional y la logopedia, suelen tener costos elevados, inalcanzables para familias de bajos ingresos. Las intervenciones especializadas suelen requerir múltiples sesiones semanales durante años, lo que implica un alto costo que muchas veces no es cubierto por seguros públicos o privados en estos contextos (Fletcher-Watson & McConachie, 2021).
- Falta de formación especializada para profesionales locales: En comunidades de escasos recursos, es común que los profesionales de la salud mental carezcan de la formación especializada y de la capacitación continua en estrategias de intervención para el TEA. Esto limita las posibilidades de ofrecer un tratamiento adecuado y actualizado, afectando la calidad del acompañamiento.
- Estigma y falta de concienciación social: En contextos donde los recursos para la salud mental son limitados, el desconocimiento sobre el TEA y el estigma hacia la discapacidad contribuyen a la exclusión social. Las familias de estos niños frecuentemente enfrentan discriminación, lo que incrementa las barreras para una inclusión efectiva y limita las oportunidades de integración escolar y social (Durkin et al., 2017).
Desafíos específicos en la intervención con niños con TEA
La intervención en niños con TEA enfrenta desafíos específicos que se ven exacerbados en condiciones de escasez de recursos. Estos incluyen:
- Individualización de las intervenciones: Cada niño con TEA presenta una variabilidad en sus síntomas y en el grado de afectación, lo cual requiere una intervención individualizada. En comunidades de bajos recursos, donde los recursos y el personal son limitados, es complejo desarrollar planes de intervención específicos y sostenibles para cada niño (Lord et al., 2020).
- Necesidad de un enfoque multidisciplinario: Las intervenciones efectivas para el TEA suelen involucrar a múltiples disciplinas, como psicología, terapia ocupacional, logopedia y pediatría, entre otras. Sin embargo, en zonas de escasos recursos, la falta de profesionales especializados en todas estas áreas impide una intervención integral, comprometiendo los resultados en el desarrollo del niño (Dawson et al., 2019).
- Continuidad en el acompañamiento: Para alcanzar un desarrollo óptimo, los niños con TEA requieren de una intervención constante y continua. En comunidades vulnerables, donde la rotación de profesionales es alta y los recursos inestables, la continuidad de la intervención se ve comprometida, afectando directamente los avances del niño.
Estrategias para abordar los desafíos en comunidades de escasos recursos
Frente a estos desafíos, existen algunas estrategias que han demostrado ser efectivas para mejorar el acceso y la calidad de la intervención para niños con TEA en comunidades de bajos recursos. Algunas de ellas incluyen:
- Intervención centrada en la familia: Entrenar a los padres y familiares en técnicas de intervención puede ser una estrategia eficaz en contextos donde el acceso a terapeutas es limitado. Programas como el Early Start Denver Model (ESDM) han demostrado ser efectivos para capacitar a los padres en habilidades de comunicación y conducta (Rogers & Dawson, 2010). La capacitación a padres les permite aplicar intervenciones en el hogar, promoviendo así la continuidad de la terapia.
- Uso de tecnología y teleterapia: Las tecnologías de la información pueden jugar un rol clave en la intervención a distancia. Herramientas de teleterapia y aplicaciones educativas permiten brindar asistencia y seguimiento a los niños y sus familias en comunidades alejadas. La teleterapia ha mostrado resultados positivos, especialmente en el desarrollo de habilidades sociales y comunicativas en niños con TEA (Boisvert et al., 2010).
- Capacitación a profesionales locales: El desarrollo de programas de formación para los profesionales de salud en comunidades vulnerables es esencial para mejorar la calidad de la intervención. Iniciativas como los talleres de entrenamiento en ABA y técnicas de intervención basadas en evidencia pueden capacitar a profesionales locales para brindar atención especializada (Hastings & Brown, 2019).
- Programas de inclusión escolar: La intervención en TEA debe incluir la integración escolar y el apoyo en el aula, para lo cual es fundamental que las instituciones educativas estén sensibilizadas y capacitadas en la inclusión. La formación a docentes en el manejo de niños con TEA en el aula puede facilitar el desarrollo social y el aprendizaje adaptativo, promoviendo la inclusión social y la reducción del estigma (Humphrey & Symes, 2013).
Conclusiones y recomendaciones
El acompañamiento y la intervención en niños con TEA en comunidades de escasos recursos presentan múltiples desafíos estructurales, económicos y de concienciación social. La falta de acceso a servicios de salud mental y la carencia de profesionales capacitados limitan las oportunidades de desarrollo de estos niños. Sin embargo, las estrategias centradas en la capacitación de los padres, el uso de tecnología, la formación de profesionales locales y la inclusión escolar pueden contribuir significativamente a mejorar la calidad de vida y el desarrollo de habilidades en niños con TEA, incluso en condiciones adversas.
Recomendaciones:
- Implementar políticas públicas que garanticen el acceso a intervenciones gratuitas o subsidiadas para familias de escasos recursos.
- Promover la formación continua de profesionales de salud en técnicas de intervención específicas para el TEA.
- Fomentar la investigación en el uso de tecnología para intervenciones a distancia en contextos de baja disponibilidad de recursos.
- Sensibilizar a la comunidad y promover la inclusión social y escolar de niños con TEA para reducir el estigma y fomentar la comprensión del trastorno.
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Referencias
Boisvert, M., Lang, R., Andrianopoulos, M., & Boscardin, M. L. (2010). Telepractice in the assessment and treatment of individuals with autism spectrum disorders: A systematic review. Developmental Neurorehabilitation, 13(6), 423-432.
Dawson, G., Jones, E. J., Merkle, K., Venema, K., Lowy, R., Faja, S., & Webb, S. J. (2019). Early behavioral intervention is associated with normalized brain activity in young children with autism. Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 51(11), 1150-1159.
Durkin, M. S., Elsabbagh, M., Barbaro, J., Gladstone, M., & Marrus, N. (2017). Autism screening and diagnosis in low resource settings: challenges and opportunities to enhance research and services worldwide. Autism Research, 10(1), 127-135.
Fletcher-Watson, S., & McConachie, H. (2021). What next for autism intervention research? Thinking globally, acting locally. Autism, 25(4), 849-851.
Hastings, R. P., & Brown, T. (2019). Training intervention for parents of children with autism spectrum disorders in low- and middle-income countries. Developmental Medicine & Child Neurology, 61(6), 715-717.
Humphrey, N., & Symes, W. (2013). Inclusive education for children with autism spectrum disorders in mainstream schools. Journal of Autism and Developmental Disorders, 43(2), 323-333.
Klin, A., Shultz, S., & Jones, W. (2020). Social visual engagement in infants and toddlers with autism: insights from the study of developmental psychopathology. Development and Psychopathology, 32(4), 1287-1306.
Lord, C., Elsabbagh, M., Baird, G., & Veenstra-VanderWeele, J. (2020). Autism spectrum disorder. The Lancet, 392(10146), 508-520.
Maenner, M. J., Shaw, K. A., Baio, J., Washington, A., Patrick, M., & DiRienzo, M. (2021). Prevalence of autism spectrum disorder among children aged 8 years—Autism and Developmental Disabilities Monitoring Network, 11 sites, United States, 2016. MMWR Surveillance Summaries, 68(2), 1-12.
Rogers, S. J., & Dawson, G. (2010). Early Start Denver Model for young children with autism: Promoting language, learning, and engagement. The Guilford Press.