Bienestar

Diez errores comunes en la gestión de la salud mental en el trabajo

La salud mental en el ámbito laboral es un pilar fundamental para garantizar el bienestar de los trabajadores y la productividad de las organizaciones. Sin embargo, muchas empresas cometen errores críticos al diseñar e implementar estrategias para su gestión. A continuación, analizamos diez errores frecuentes, respaldados por evidencia científica y normativa internacional, y cómo evitarlos para construir entornos laborales más saludables.

1. No basar los programas en evaluación basada en evidencia

La falta de sustento en investigaciones científicas y datos empíricos es un error grave en la gestión de la salud mental en el trabajo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022), los programas efectivos deben fundamentarse en estudios que demuestren su impacto positivo. Utilizar estrategias sin validación empírica puede derivar en desperdicio de recursos y en la implementación de intervenciones ineficaces.

Solución: Diseñar políticas de salud mental con base en revisiones sistemáticas, meta-análisis y estudios longitudinales publicados en revistas científicas indexadas.

2. No identificar la naturaleza estratégica de la organización y el rol de la gestión de personas

Cada organización tiene una identidad y objetivos específicos que deben alinearse con la gestión de la salud mental. La OIT (2023) enfatiza que comprender la dinámica organizacional permite desarrollar estrategias adaptadas a cada empresa, evitando soluciones genéricas que no atienden las necesidades particulares.

Solución: Realizar diagnósticos organizacionales y alinear las iniciativas de salud mental con la estrategia empresarial.

3. Pensar que toda información de encuestas prestigiosas es, por definición, válida y confiable

El uso de datos sin cuestionar su validez es un error común. No todas las encuestas populares o reconocidas están diseñadas con rigor metodológico. La American Psychological Association (APA, 2021) advierte que es clave revisar la validez y confiabilidad de las fuentes antes de basar decisiones estratégicas en sus resultados.

Solución: Evaluar la metodología, el tamaño de muestra y la replicabilidad de las encuestas antes de utilizarlas como base para decisiones.

4. No contar con instrumentos válidos y confiables ni conocer métricas e indicadores clave

La ausencia de herramientas de medición validadas lleva a diagnósticos erróneos sobre el estado de la salud mental en el trabajo. De acuerdo con el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST, 2023), el uso de métricas estandarizadas permite hacer comparaciones precisas y evaluar progresos.

Solución: Implementar escalas psicológicas y cuestionarios con propiedades psicométricas validadas internacionalmente, como el Maslach Burnout Inventory.

5. Desestimar el presupuesto para el desarrollo de programas de salud mental

Invertir en salud mental no es un gasto, sino una inversión con retornos medibles. Un estudio del World Economic Forum (2022) revela que por cada dólar invertido en salud mental, las empresas pueden obtener hasta cuatro dólares en reducción del ausentismo y aumento de productividad.

Solución: Asignar presupuesto específico para capacitación, acceso a servicios psicológicos y campañas de sensibilización en la empresa.

6. No contar con una coalición poderosa que impulse el plan de salud mental

Sin apoyo de la alta dirección y actores clave, cualquier iniciativa de salud mental carecerá de sostenibilidad. La OIT (2022) destaca la importancia de un liderazgo comprometido y la colaboración interdepartamental para la implementación de políticas efectivas.

Solución: Formar comités de bienestar con representación de distintos niveles jerárquicos y fomentar la corresponsabilidad en la toma de decisiones.

7. Considerar que la gestión de salud mental es exclusiva del área de recursos humanos

Reducir la gestión de la salud mental a un departamento específico limita su impacto. Según un informe de la OMS (2021), el bienestar debe integrarse en los modelos de gestión del desempeño y ser parte de la cultura organizacional.

Solución: Incluir la salud mental en las evaluaciones de desempeño y capacitar a todos los líderes en gestión emocional y apoyo psicológico.

8. Confundir los peligros con los riesgos psicosociales

No diferenciar entre un peligro (factor presente en el ambiente) y un riesgo psicosocial (posible impacto del peligro sobre el trabajador) puede llevar a estrategias ineficaces. La Norma ISO 45003 (2021) enfatiza la necesidad de realizar análisis de riesgos psicosociales diferenciados y basados en evidencia.

Solución: Capacitar a los equipos en metodologías de evaluación de riesgos psicosociales y utilizar herramientas como el FPSICO 4.0.

9. No trabajar adecuadamente en la reducción del estigma sobre salud mental

El estigma impide que los empleados busquen ayuda por miedo a ser juzgados o sancionados. Un estudio de Corrigan et al. (2020) destaca que las campañas de concienciación pueden reducir significativamente las barreras al acceso a la atención psicológica en el trabajo.

Solución: Implementar campañas de sensibilización y normalizar el acceso a la atención psicológica mediante testimonios de líderes y empleados.

10. No contar con canales de atención anónima para incidencias de salud mental

La falta de mecanismos confidenciales desalienta a los empleados a reportar problemas o solicitar apoyo. Según la OMS (2022), los sistemas de apoyo anónimos aumentan la probabilidad de intervención temprana y mejoran la efectividad de los programas de salud mental.

Solución: Habilitar líneas de ayuda anónimas y plataformas de consulta psicológica con protección de identidad.


Reflexión final

La gestión de la salud mental en el trabajo no es un lujo, sino una necesidad respaldada por evidencia científica y normativas internacionales. Evitar estos errores y adoptar prácticas basadas en investigación permitirá a las empresas crear entornos laborales más saludables, mejorar el desempeño y fortalecer el compromiso organizacional.

Implementar estrategias efectivas en salud mental es una inversión que beneficia a empleados y empleadores, promoviendo una cultura laboral sostenible y resiliente.


Referencias

  • Corrigan, P. W., Bink, A. B., Schmidt, A., Jones, N., & Rüsch, N. (2020). Changing public stigma with continuum beliefs. Psychiatry Research, 284, 112679.
  • International Labour Organization (ILO). (2023). Mental health at work: Policy guidelines and best practices.
  • Organization for Economic Co-operation and Development (OECD). (2021). Productivity gains from mental health programs in workplaces.
  • World Economic Forum. (2022). Mental health as an economic investment.
  • World Health Organization (WHO). (2022). Mental health in the workplace: Global policy framework.

 

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About Luis Lazarte

Licenciado en Psicología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (C.PS.P. 27216). Miembro internacional de la American Psychological Association (APA). Miembro de la División 12 | Sociedad de Psicología Clínica de la APA. Magíster en Dirección de Personas por la Universidad del Pacífico. Magíster en Desarrollo Organizacional y Recursos Humanos por la Universidad del Desarrollo de Chile. Especialista en Recursos Humanos por la Asociación Peruana de Recursos Humanos (APERHU). Psicoterapeuta Gestalt. Con más de 15 años de experiencia en el sector público, privado y sin fines de lucro. Past Director de la Carrera de Psicología de la Universidad Continental y docente de post grado de la UNMSM. Conferencista en congresos internacionales y nacionales. Mi enfoque se basa en la empatía, en el logro de objetivos, en la calidad del servicio al usuario y en las prácticas basadas en evidencia científica.

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