Los efectos del estrés crónico.
- Posted by Luis Lazarte
El estrés crónico tiene un impacto significativo en la inteligencia, la memoria y otros procesos cognitivos superiores, y esta relación está bien documentada por la literatura científica. Los efectos del estrés crónico sobre el cerebro pueden resultar en deterioro cognitivo, reducción del rendimiento intelectual y alteración de la función de la memoria, particularmente en estructuras cerebrales como el hipocampo y la corteza prefrontal, que son esenciales para la cognición.
Efectos del estrés crónico en la inteligencia
El estrés crónico puede disminuir la inteligencia debido a su impacto en la capacidad de procesamiento y resolución de problemas. Un estudio longitudinal realizado por Lupien et al. (2009) encontró que el cortisol, la hormona liberada en respuesta al estrés, afecta negativamente la función ejecutiva y la capacidad para planificar y razonar, procesos fundamentales de la inteligencia fluida. Estos autores observaron que individuos expuestos a altos niveles de cortisol durante períodos prolongados mostraban un deterioro en las habilidades de razonamiento y toma de decisiones.
Impacto en la memoria
El estrés crónico afecta de manera especialmente notable la memoria, tanto a corto como a largo plazo. El hipocampo, una estructura cerebral crítica para la consolidación de la memoria, es muy sensible al cortisol. Estudios neurocientíficos han demostrado que la exposición prolongada a niveles elevados de cortisol puede reducir el volumen del hipocampo, lo que se asocia con problemas de memoria declarativa (McEwen, 2017). Un metaanálisis realizado por Shields, Sazma, y Yonelinas (2016) confirmó que el estrés agudo afecta la memoria de trabajo, pero la exposición crónica a estrés tiene un impacto aún mayor, disminuyendo la capacidad para retener y manipular información.
Además, la reducción del volumen hipocampal relacionada con el estrés se ha observado en individuos que padecen trastorno de estrés postraumático (TEPT) y depresión, lo que evidencia que el estrés sostenido puede tener un impacto estructural y funcional en el cerebro (Bremner, 2006).
Alteración de otros procesos cognitivos superiores
El estrés crónico también afecta la atención, la flexibilidad cognitiva y la toma de decisiones, que son funciones críticas de la corteza prefrontal. Arnsten (2009) describe cómo el estrés crónico altera la actividad de esta región del cerebro, disminuyendo la capacidad para mantener la atención sostenida y la flexibilidad cognitiva, y aumentando la tendencia a tomar decisiones impulsivas. Esto se debe a que la corteza prefrontal es particularmente sensible a los efectos del cortisol y otras catecolaminas (como la noradrenalina) liberadas durante los estados de estrés.
Un estudio experimental llevado a cabo por Liston et al. (2009) demostró que el estrés crónico inducido en ratones provocó una reducción en la densidad de las sinapsis en la corteza prefrontal, lo que se asoció con déficits en tareas que requerían flexibilidad cognitiva. Este hallazgo es consistente con investigaciones en humanos que muestran que el estrés crónico reduce la capacidad de adaptarse a situaciones nuevas y complejas.
Mecanismos biológicos subyacentes
Los efectos del estrés crónico en la cognición pueden explicarse por cambios neuroquímicos y estructurales en el cerebro. La liberación sostenida de glucocorticoides (como el cortisol) activa los receptores de glucocorticoides en el cerebro, especialmente en el hipocampo y la corteza prefrontal, resultando en neurotoxicidad, reducción del volumen neuronal y pérdida de conexiones sinápticas (McEwen, 2017). Además, el estrés crónico puede inducir la neuroinflamación, lo que exacerba los efectos negativos sobre las neuronas y las redes cerebrales implicadas en la cognición.
Efectos reversibles y factores de protección
Afortunadamente, algunas de las consecuencias del estrés crónico en la cognición pueden ser reversibles. El ejercicio físico, la meditación y las intervenciones basadas en la terapia cognitivo-conductual han mostrado efectividad para reducir los niveles de cortisol y mejorar el rendimiento cognitivo (Hölzel et al., 2011). En un estudio realizado por Erickson et al. (2011), se demostró que la actividad física regular aumenta el volumen del hipocampo y mejora la memoria en adultos mayores, lo que sugiere que el cerebro tiene cierta capacidad de resiliencia ante los efectos del estrés crónico.
Resumen y juicio crítico
La evidencia científica sugiere que el estrés crónico tiene un impacto negativo y directo sobre la inteligencia, la memoria y otros procesos cognitivos superiores, principalmente a través de la acción sostenida del cortisol y su efecto neurotóxico en el hipocampo y la corteza prefrontal. Este deterioro cognitivo afecta la capacidad de resolución de problemas, la memoria a largo plazo y la flexibilidad cognitiva, lo que puede disminuir la calidad de vida y el bienestar general de los individuos afectados.
Es crucial desarrollar estrategias de intervención y prevención que incluyan la promoción de la salud mental, la regulación del estrés y la promoción de estilos de vida saludables, como el ejercicio y la meditación, para proteger la función cognitiva. Esto es especialmente relevante considerando que, en una sociedad cada vez más exigente y competitiva, el estrés crónico es un fenómeno que afecta a un gran número de personas.
La pregunta disruptiva que surge es: ¿Podemos crear entornos laborales y sociales que reduzcan significativamente el estrés crónico y, en consecuencia, preserven y potencien la inteligencia y las capacidades cognitivas de la población?
Referencias
- Arnsten, A. F. T. (2009). Stress signalling pathways that impair prefrontal cortex structure and function. Nature Reviews Neuroscience, 10(6), 410-422. https://doi.org/10.1038/nrn2648
- Bremner, J. D. (2006). Stress and brain atrophy. CNS & Neurological Disorders-Drug Targets, 5(5), 503-512. https://doi.org/10.2174/187152706778559309
- Erickson, K. I., Voss, M. W., Prakash, R. S., Basak, C., Szabo, A., Chaddock, L., … & Kramer, A. F. (2011). Exercise training increases size of hippocampus and improves memory. Proceedings of the National Academy of Sciences, 108(7), 3017-3022. https://doi.org/10.1073/pnas.1015950108
- Hölzel, B. K., Carmody, J., Vangel, M., Congleton, C., Yerramsetti, S. M., Gard, T., & Lazar, S. W. (2011). Mindfulness practice leads to increases in regional brain gray matter density. Psychiatry Research: Neuroimaging, 191(1), 36-43. https://doi.org/10.1016/j.pscychresns.2010.08.006
- Liston, C., McEwen, B. S., & Casey, B. J. (2009). Psychosocial stress reversibly disrupts prefrontal processing and attentional control. Proceedings of the National Academy of Sciences, 106(3), 912-917. https://doi.org/10.1073/pnas.0807041106
- Lupien, S. J., McEwen, B. S., Gunnar, M. R., & Heim, C. (2009). Effects of stress throughout the lifespan on the brain, behaviour and cognition. Nature Reviews Neuroscience, 10(6), 434-445. https://doi.org/10.1038/nrn2639
- McEwen, B. S. (2017). Neurobiological and systemic effects of chronic stress. Chronic Stress, 1, 1-14. https://doi.org/10.1177/2470547017692328
- Shields, G. S., Sazma, M. A., & Yonelinas, A. P. (2016). The effects of acute stress on core executive functions: A meta-analysis and comparison with cortisol. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 68, 651-668. https://doi.org/10.1016/j.neubiorev.2016.06.038