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¿Qué perfiles psicopatológicos predominan en los candidatos políticos demagógicos?

La psicología política, como disciplina integradora, examina las intersecciones entre los procesos psicológicos individuales y las dinámicas macropolíticas, con un enfoque en la influencia de las patologías de la personalidad en el ejercicio del poder. Este artículo ofrece un análisis detallado de los perfiles psicopatológicos característicos de los líderes políticos que recurren a tácticas demagógicas para obtener legitimidad electoral, desviando posteriormente su mandato hacia la satisfacción de sus intereses personales y la consolidación de su poder. Estas figuras, lejos de responder a un compromiso genuino con el bienestar colectivo, instrumentalizan las vulnerabilidades del electorado, exacerbando las tensiones sociopolíticas y minando la estabilidad democrática.

Perfiles psicopatológicos predominantes en candidatos políticos demagógicos

Narcisismo grandioso patológico

El narcisismo grandioso, en su expresión clínica, se caracteriza por una autoestima inflada, una necesidad insaciable de admiración y una notable carencia de empatía hacia los demás. Según Miller, Lynam, Hyatt y Campbell (2017), el narcisismo patológico no solo describe a individuos con un sentido exagerado de su importancia, sino que también los predispone a una constante búsqueda de atención y validación. En el ámbito político, los líderes con estas características suelen proyectar una imagen de omnipotencia y omnisciencia, presentándose como figuras redentoras capaces de resolver, de manera unilateral, problemas estructurales complejos.

Estas personalidades manifiestan una intolerancia extrema a la crítica, percibiendo cualquier disenso como una afrenta personal. Esta falta de autocrítica y de reflexión suele llevar a decisiones autocráticas y a la erosión de los mecanismos democráticos de control (Raskin & Terry, 1988). La ausencia de empatía, un rasgo cardinal en este perfil, se traduce en políticas que priorizan su propio engrandecimiento sobre los efectos adversos que dichas decisiones puedan tener sobre el cuerpo político o la cohesión social.

Psicopatía subclínica y su influencia en la toma de decisiones

La psicopatía subclínica se distingue por la presencia de comportamientos impulsivos, insensibilidad afectiva y una notable ausencia de remordimientos, aunque estos rasgos no alcanzan el nivel necesario para un diagnóstico formal de psicopatía (Boddy, 2011). En el contexto político, los individuos con tendencias psicopáticas subclínicas emplean estrategias altamente manipuladoras para asegurar su ascenso al poder. Estos líderes son calculadores y extremadamente estratégicos, carecen de preocupación por el bienestar de los ciudadanos, y su principal objetivo es mantener su control sobre los recursos del Estado.

El comportamiento calculador y desapegado del psicópata subclínico les permite implementar políticas que causan sufrimiento a sectores significativos de la población sin experimentar remordimientos, legitimando sus acciones bajo la premisa de que “el fin justifica los medios” (Hare & Neumann, 2008). Esta orientación amoral hacia la toma de decisiones, basada en la maximización del poder, se asocia frecuentemente con formas de gobierno autoritarias y represivas.

Maquiavelismo: la manipulación estratégica del poder

El maquiavelismo, conceptualizado por Wilson, Near y Miller (1996), describe una personalidad orientada hacia la manipulación y el cálculo político, caracterizada por un enfoque pragmático y cínico sobre la obtención y retención del poder. A diferencia de los líderes narcisistas que buscan admiración y validación, el líder maquiavélico se centra en el control efectivo del aparato estatal y la eliminación de opositores. Los maquiavélicos políticos son maestros en la manipulación de las percepciones públicas, empleando narrativas populistas y promesas irrealizables para galvanizar el apoyo de las masas, a menudo sin intención real de implementar tales políticas.

Este perfil se caracteriza por su flexibilidad ideológica. Los líderes maquiavélicos son capaces de cambiar de postura política de manera oportunista, ajustándose a las demandas fluctuantes de la opinión pública, con el único objetivo de asegurar su permanencia en el poder. Sus tácticas son intrínsecamente divisorias, polarizando a la sociedad y socavando los principios de cohesión y justicia social. A largo plazo, la capacidad del maquiavelismo para erosionar las instituciones democráticas ha sido ampliamente documentada en diversos estudios sobre regímenes autoritarios (Levitsky & Ziblatt, 2018).

Existen numerosos ejemplos de líderes políticos históricos y contemporáneos que presentan rasgos de los perfiles psicopatológicos descritos en el artículo. Es importante señalar que, aunque la psicología política puede ofrecer una perspectiva útil para entender los comportamientos de ciertos líderes, no implica que estos hayan sido formalmente diagnosticados con estas condiciones, sino que exhiben características consistentes con los perfiles discutidos, como el narcisismo patológico, la psicopatía subclínica y el maquiavelismo.

Posibles casos emblemáticos:

1. Narcisismo grandioso patológico

Donald Trump (Estados Unidos). Diversos analistas políticos y psicológicos han señalado que el expresidente Donald Trump exhibe características de narcisismo grandioso. Trump, durante su mandato, mostró una notable necesidad de admiración y una tendencia a presentarse como el único capaz de “arreglar” los problemas de su país, exacerbando su imagen como una figura omnipotente (Rothwell & Fagan, 2019). Además, su rechazo a aceptar críticas y su tendencia a descalificar a aquellos que lo cuestionaban refuerzan este perfil. Ejemplos de esto incluyen la constante confrontación con la prensa, el despido de funcionarios que no le eran leales, y la polarización política que generó.

Silvio Berlusconi (Italia). El ex primer ministro italiano, conocido por su estilo de liderazgo populista y polarizador, también ha sido descrito como una figura narcisista. Berlusconi, propietario de importantes medios de comunicación en Italia, promovió su imagen personal a través de su control mediático y se mostraba como un hombre de éxito inigualable, basando su popularidad en el carisma y en su capacidad para conectar con el electorado a través de la vanidad y el espectáculo (Ginsborg, 2004).

2. Psicopatía subclínica

Saddam Hussein (Irak). Saddam Hussein, quien gobernó Irak de manera autoritaria durante más de dos décadas, es un ejemplo paradigmático de un líder con rasgos psicopáticos subclínicos. Hussein fue conocido por su brutalidad, su indiferencia ante el sufrimiento humano, y su habilidad para manipular y controlar a sus enemigos políticos. Su régimen fue marcado por una represión implacable, incluyendo ejecuciones masivas y el uso de la tortura como herramienta de control (Post, 2003). La falta de remordimientos y la capacidad de actuar de manera extremadamente cruel para mantener el poder son indicativos de rasgos psicopáticos.

Vladimir Putin (Rusia). El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha sido caracterizado como un líder con rasgos de psicopatía subclínica, dada su habilidad para maniobrar estratégicamente el aparato estatal y consolidar su poder, incluso a través de tácticas coercitivas y represivas. Putin ha mostrado una notable indiferencia hacia las consecuencias de sus acciones tanto dentro como fuera de Rusia, desde la represión de la oposición política hasta las intervenciones militares en Ucrania y Siria, que han sido llevadas a cabo sin miramientos por el coste humano (McFaul, 2021). La combinación de frialdad emocional y una inclinación estratégica a la manipulación lo alinean con este perfil.

3. Maquiavelismo

Niccolò Machiavelli no solo es la inspiración para el término, sino que sus ideas sobre la manipulación política y el poder se han visto reflejadas en numerosos líderes. Entre los ejemplos contemporáneos destaca Richard Nixon (Estados Unidos), cuyo mandato estuvo marcado por el escándalo del Watergate, un ejemplo claro de una disposición maquiavélica en la que el uso del engaño y la manipulación para mantenerse en el poder terminó en su renuncia. Nixon, según múltiples análisis, empleó tácticas de espionaje, manipulación y control de la información para asegurarse la reelección, demostrando una flexibilidad ética y pragmatismo extremo (Ambrose, 1987).

Muammar Gaddafi (Libia). Gaddafi, quien gobernó Libia durante más de 40 años, es otro ejemplo de un líder que exhibió claros rasgos maquiavélicos. Su capacidad para manipular a las diferentes tribus y facciones dentro de Libia, y su habilidad para mantener su poder a través de una combinación de carisma, represión violenta y políticas populistas, lo sitúan en este perfil. Gaddafi fue un maestro de la adaptación, reinventándose repetidamente para mantener su control sobre Libia, al tiempo que se aseguraba de eliminar o debilitar a cualquiera que pudiera desafiar su poder (Vandewalle, 2012).

Condiciones socioestructurales que favorecen el ascenso de líderes demagógicos

El ascenso de líderes con perfiles psicopatológicos no es un fenómeno aislado ni únicamente atribuible a las características personales de dichos individuos. Es crucial considerar el contexto sociopolítico y económico en el que estos líderes emergen. Durante épocas de crisis económicas, inseguridad o polarización ideológica, las poblaciones tienden a mostrar una mayor predisposición a apoyar a figuras que ofrecen soluciones rápidas y simplistas a problemas complejos (Kay, Whitson, Gaucher, & Galinsky, 2009).

En este contexto, los líderes demagógicos emplean una retórica emocional y divisoria, apelando a los temores y resentimientos de sectores vulnerables de la población. Las estrategias comunicacionales de estos líderes tienden a centrarse en la construcción de enemigos internos y externos, movilizando la ira y el miedo para legitimar sus agendas autoritarias. La desinformación, la manipulación de los medios de comunicación y la creación de un clima de incertidumbre son herramientas recurrentes en su arsenal político.

Consecuencias psicopolíticas del liderazgo demagógico en las democracias

El impacto de los líderes con perfiles psicopatológicos en las democracias es devastador. Uno de los primeros efectos es la erosión de la confianza en las instituciones democráticas. Los líderes demagógicos tienden a socavar la independencia de los poderes del Estado, debilitando el sistema de pesos y contrapesos. Esta concentración de poder, acompañada de la persecución de opositores y la restricción de las libertades civiles, transforma a las democracias en sistemas autoritarios o, en el mejor de los casos, en democracias iliberales (Levitsky & Ziblatt, 2018).

Además, las políticas implementadas bajo estos regímenes suelen generar profundas divisiones sociales, exacerbando la polarización y fomentando un clima de desconfianza y paranoia. La participación política de la ciudadanía disminuye, ya que la represión y el control limitan las posibilidades de disenso. A largo plazo, la falta de alternancia en el poder y el debilitamiento de las instituciones producen un deterioro del tejido social, lo que resulta en un incremento de la desigualdad y una mayor fragilidad del Estado.

Estrategias de identificación y prevención

Identificar tempranamente a líderes con perfiles psicopatológicos representa un desafío esencial para preservar las democracias modernas. Las evaluaciones psicométricas, utilizadas como parte de los procesos de selección de candidatos, pueden ofrecer una herramienta valiosa para detectar tendencias narcisistas, maquiavélicas o psicopáticas en los aspirantes al poder. Estudios recientes han demostrado que estos rasgos pueden predecir comportamientos autoritarios y decisiones políticas que priorizan el poder personal sobre el bienestar común (Jonason, Li, & Buss, 2010).

Asimismo, la promoción de una educación cívica crítica, que capacite a los ciudadanos para analizar las propuestas políticas de manera racional, es crucial para reducir la susceptibilidad a la manipulación demagógica. La transparencia en el discurso político y la rendición de cuentas, facilitada por medios de comunicación libres e independientes, también juega un papel central en la prevención del surgimiento de líderes con intenciones autoritarias.

Reflexión final

Los perfiles psicopatológicos de los líderes demagógicos constituyen una amenaza existencial para las democracias contemporáneas. El narcisismo, la psicopatía subclínica y el maquiavelismo convergen en personalidades que utilizan la manipulación emocional, la desinformación y el autoritarismo para consolidar su poder. Identificar estos rasgos a tiempo es fundamental para evitar que estas figuras dañen irremediablemente las instituciones democráticas. La detección temprana y la implementación de políticas preventivas pueden ser herramientas clave para mitigar el ascenso de estos líderes, protegiendo los valores fundamentales de la justicia, la igualdad y la libertad.

Referencias

Boddy, C. R. (2011). Corporate Psychopaths: Organisational Destroyers. Journal of Business Ethics, 102(2), 255-259. https://doi.org/10.1007/s10551-011-0810-1

Hare, R. D., & Neumann, C. S. (2008). Psychopathy as a Clinical and Empirical Construct. Annual Review of Clinical Psychology, 4, 217-246. https://doi.org/10.1146/annurev.clinpsy.3.022806.091452

Jonason, P. K., Li, N. P., & Buss, D. M. (2010). The Dark Triad: Facilitating a Short-Term Mating Strategy in Men. European Journal of Personality, 24(1), 5-24. https://doi.org/10.1002/per.758

Kay, A. C., Whitson, J. A., Gaucher, D., & Galinsky, A. D. (2009). Compensatory Control: Achieving Order Through the Mind, Our Institutions, and the Heavens. Current Directions in Psychological Science, 18(5), 264-268. https://doi.org/10.1111/j.1467-8721.2009.01649.x

Levitsky, S., & Ziblatt, D. (2018). How Democracies Die. Crown.

Miller, J. D., Lynam, D. R., Hyatt, C. S., & Campbell, W. K. (2017). Controversies in Narcissism. Annual Review of Clinical Psychology, 13, 291-315. https://doi.org/10.1146/annurev-clinpsy-032816-045244

Raskin, R., & Terry, H. (1988). A Principal-Components Analysis of the Narcissistic Personality Inventory and Further Evidence of its Construct Validity. Journal of Personality and Social Psychology, 54(5), 890-902. https://doi.org/10.1037/0022-3514.54.5.890

Wilson, D. S., Near, D., & Miller, R. R. (1996). Machiavellianism: A Synthesis of the Evolutionary and Psychological Literatures. Psychological Bulletin, 119(2), 285-299. https://doi.org/10.1037/0033-2909.119.2.285

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About Luis Lazarte

Licenciado en Psicología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (C.PS.P. 27216). Miembro internacional de la American Psychological Association (APA). Miembro de la División 12 | Sociedad de Psicología Clínica de la APA. Magíster en Dirección de Personas por la Universidad del Pacífico. Magíster en Desarrollo Organizacional y Recursos Humanos por la Universidad del Desarrollo de Chile. Especialista en Recursos Humanos por la Asociación Peruana de Recursos Humanos (APERHU). Psicoterapeuta Gestalt. Con más de 15 años de experiencia en el sector público, privado y sin fines de lucro. Past Director de la Carrera de Psicología de la Universidad Continental y docente de post grado de la UNMSM. Conferencista en congresos internacionales y nacionales. Mi enfoque se basa en la empatía, en el logro de objetivos, en la calidad del servicio al usuario y en las prácticas basadas en evidencia científica.

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